martes, 22 de junio de 2010

Romance al brazo del Gran Poder

Le estaba abriendo Sevilla
ya las puertas al verano,
un verano de jazmines
y de mañana de nardos.

La tarde estaba cayendo
en estos días más largos,
cuando a la luz despedirse
le cuesta tanto trabajo:
se aferra a las espadañas,
se aferra a los campanarios,
al blanco de las magnolias
y al esterón con su esparto,
y a los reflejos de un río
que también se va a los baños.

Como reguero de pólvora,
como trueno sin relámpago,
como tormentón oscuro
que el cielo siembra de rayos,
en la noche del domingo
mil teléfonos sonaron.

Las malas noticias traen
ligeros sus pies alados,
y corren como la luz,
esta luz que va faltando,
cuando un amigo te dice,
¿pero qué me estás contando?,
que un pobre loco, un drogata,
un majareta, un pirado,
se ha subido al camarín,
a patadas se ha liado,
y le ha rasgado la túnica,
la que a los dados jugaron
los soldaditos de Roma
que me lo crucificaron,
y le ha roto la camisa,
pero no en rito gitano.

Y que siguiendo en su saña,
al Señor se ha reguinchado
este tío mal nacido
y que el brazo le ha arrancado.

Y no te puedes creer
lo que te van relatando.

Ese brazo creó el mundo,
esa mano la ha besado
toda la sevillanía
de mil Domingos de Ramos.

A este Dios que en San Lorenzo
siglos lleva empadronado,
que es Vecino de Sevilla
y Señor del sevillano,
como un Padre de familia
que por todos va velando,
aparte de un ser divino
le damos un rostro humano.

Si suenan cien mil teléfonos
el triste lance contando,
y miles de éseme-eses
lo repiten indignados,
como un tan-tan de coraje
y de rabia desolado,
es porque a su Gran Poder
da Sevilla un trato humano,
que en Él se nos hizo Hombre
el Dios Padre y Soberano.

Así me explico el revuelo
en la noche del verano:
a alguien de la familia
algo malo le ha pasado.

Mejor que nadie lo dice
el bato de Los Gitanos,
que José Moreno Vega
en su frase lo ha clavado:
«Es como cuando te llaman,
de golpe, sin tú esperarlo,
y te dicen que a tu Padre
creen que le ha pasado algo».

¿Cuántas llamadas se hicieron
a las puertas del verano,
cuando los mismos vencejos
del Museo en Viernes Santo,
de Viernes por la mañana
que van albores quebrando,
se apagaron en su vuelo,
de pronto mudos quedaron
y la noche a Juan de Mesa
de repente le ha arrancado
de un perfil de pedestal
lágrimas de bronce y mármol?

¿Sabes lo del Gran Poder?
Sí, mi hermana me ha llamado.
Lo he visto por Internet.
Por la radio lo he escuchado.
Me lo confirma un amigo
que además creo que es hermano,
que estaba allí en la basílica,
dice que querían lincharlo
al que subió al camarín,
menos mal que lo han trincado
entre un rejoneador
y un agente de paisano.

Pues ya Rodríguez Buzón
lo dijo en el San Fernando,
cuando recitaba aquello
de «si alguien te alza la mano».

Mas nadie podía pensar
que nadie fuera a negarlo,
nacido, para más inri,
«bajo el cielo sevillano».

De cuándo nos lo dijeron
seguro nos acordamos
cuando pase mucho tiempo
de estos hechos que contamos,
como cornada mortal
o como golpe de Estado.
Recordaremos el sitio
bien preciso en donde estábamos
cuando de aquello terrible
de pronto nos enteramos.

Recordaremos quién fue
el primero en anunciarlo:
«Al Gran Poder de Sevilla
le han levantado la mano».

No me extraña, con el clima
que contra Dios han creado.

Y frente a tanto laicismo,
sigue Sevilla rezando
a ese Hombre que decía
el bato de Los Gitanos:
«Es como cuando te llaman,
de golpe, sin tú esperarlo,
y te dicen que a tu Padre
creen que le ha pasado algo»

sábado, 27 de marzo de 2010

La vida... en una semana


Foto aparecida en la revista que con caracter especial publica DIARIO DE CÁDIZ para informar de la Semana Santa de San Fernando.

Se le adjunta un comentario que es el siguiente: El contraluz marca la división entre lo pasado y lo presente. La espera ha terminado, de nuevo la hermandad de Cristo Rey, una nueva Semana Santa. El 18 mm. se queda pequeño para captar todo lo vivido dentro de esta capilla lasaliana, la abertura de 3,5 no puede captar toda la luz del Domingo de Ramos y el tiempo de exposición es una tarde entera.

Cuando vuelva a tirar esta foto, tendremos por delante toda una semana, algo más que una semana. La vida misma, en una semana.

viernes, 19 de marzo de 2010

La espera


Las horas pasan, esto comienza a acabarse. Solo queda una semana y parece que ya podía hacer la crónica de lo vivido. Será como siempre, será tan nuevo como nuevas son las ilusiones renovadas, como ese elemento que se incorpora cada año en mi postrera mortaja.

El tren pasa horas de sueños. Lo puedo ver en el fondo de pantalla de mi móvil, al final de todo estás Tú. La mano que se extiende, los besos que no dimos, la espera que nos agota.

Los jueves de ensayos. Los lunes de esperanza (¿Te has fijado que ya queda una semana menos para llegar al Lunes prometido?), los sábados de meditación bajo tus plantas. Todo eres Tú, y Tú lo eres todo.

La pantalla del tren dice que el destino es Cádiz, pero se equivoca, el destino eres Tú. Y la próxima estación también eres Tú. Y el origen, y el receso, y las llegadas, porque como ya te dije, estás en todo. En lo bueno, en lo malo, en ese desayuno con prisas, en la cena sosegada entre amigos, en el sonido de un despertador o en el silencio de una habitación donde alguien se anuda una corbata al cuello antes de encaminar sus pasos cuando el reloj marque las diez menos cuarto.

Mañana será Domingo de Pasión, volveré a verte, nos veremos y no harán falta palabras, ni miradas, ni gestos.

Gracias un año más por tenerme aquí.

martes, 16 de febrero de 2010

La locura... macarena


La locura. La sinrazón. La esperanza de nuestros mayores. La Virgen Macarena de la entrada de las casas. La marcha. El llanto. La Coronación. La cintura. Las esmeraldas. La vida. La muerte. Toda Sevilla en unos ojos. Esperanza Macarena de locuras aceptadas. No necesitas saber porque estas llorando. La Macarena, por los siglos de los siglos.

Aquí esta Sevilla en un paso de palio. Ante la Macarena todos los seres humanos se convierten en barro. Se hará lo que Ella quiera. Con la noche y con la brisa. Pasan las horas, dicen que se le nota el cansancio en la cara. Es de mañana, está regresando la Macarena. Todo ha quedado delante, nadie estuvo detrás. Sevilla en un paso de palio.

No necesitas saber porque estás llorando. Ya lo hicieron tus abuelos, y tus padres, y lo harán tus hijos. La locura, la sinrazón. La Virgen María que está en el cielo. Ahora sabes el color de las estrellas. Ha vuelto a descubrirse el olor del paraíso.

Y sigues llorando, porque está delante la Esperanza Macarena.

lunes, 18 de enero de 2010

Reflexión de un lunes

No sé que me preocupa más: si los cambios de sexo o lo poco que usamos el seso. Los dieciséis años de hoy ya no son aquellos, el cambio era en la canción “de niña a mujer” aunque yo a mi edad todavía esté arreglando los papeles para ver si me hago mayor de una vez, en esa madurez envidiable que tienen otros.

Los dieciséis años, tan cruciales, resultan ahora de una responsabilidad tremenda para quien los padece. A mis dieciséis no sabía ni cuantos jornales me faltaban para ser adulto, ni mucho menos a cuantos desengaños se me quedaba la niñez. Y ahora, ya vemos, es buena edad para abortar sin permiso ni consulta paterna, y para decidir si lo que sobra en la entrepierna es la alcancía o el badajillo que se niega a repicar arrebato de celo varón, que no puede vamos, que está allí y el chaval no sabe porqué. Por la misma razón quizás, por las que a otros les estorba para andar sin tener que corregir la carga.

El otoño enajenado de cada cual precisa, creo, que madure en la mata para saber cómo actuar, pero en fin, allá cada cual a la hora de elegir en que postura se pone en el urinario. Sé de algunos que solo cambiarían de sexo para tener más cerca su obsesión.

En Haití tienen otro problema más gordo. No saben qué hacer cuando los fenómenos se ceban con ellos. El viento de un ventilador asusta y arrastrar un mueble le da al cuerpo un miedo sísmico. Ahí está la tragedia para confirmar lo que dice la copla flamenca: “Hombre pobre huele a muerto, a la joyanca con él”.

A veces parece que a Dios le hacen huelga los delegados de países pobres. Ya quisieran en Haití una huelga de controladores aéreos como aquí, pero allí un sueldo de controlador español tiene holgura de presupuesto general de un ayuntamiento. Se nos agita el aire y la huelga de celo y de cielo de los bienpagados nos deja sin saber bien que pasa aquí, si es que no somos con ellos todo lo condescendientes que debemos o si es que el niño se ha acostumbrado a ganar mucho y trabajar poco.

Sea lo que sea, si en un país donde hay cientos de miles de niños que por cómo viven no saben si son humanos o no, que el problema sea cambiarle al niño la minina por el toto. Y mientras los parados lo son en número de millones, que sueldos de cientos de miles de euros animen a hacer huelga. Y después nos asombra la nevada…