jueves, 18 de diciembre de 2008

Un regalo llamado Esperanza

A tan solo una semanita que la que vive en San Gil para al que nos salvó del pecado y que habita en San Lorenzo...

A Ti no te hace falta nada
para añadirte dulzura,
que no hay en el mundo mas Pura,
que la llena de Espearnza.

No necesitas bambalinas,
ni candelabros siquiera,
que guarezcan la hermosura,
de tu rostro, Macarena.

Ni costales, ni alpargatas,
ni fajas que ciñan cinturas,
que solo con manos puras,
bajas del cielo a esta plaza.

No te hacen falta Salteras,
ni marchas de Marvizón,
que el rezo del Rosario,
es para Ti la oración,
de tus hijos macarenos.

Solo unos cirios te alumbran
el sendero a tu destino
donde lo humano y lo divino
se entremezcla en Macarena.

Si yo te he visto pasar,
a mi lado y pararte,
solo con verte y rezarte,
puedo la Gloria tocar.

Solo quien ha visto a la Esperanza bajar desde donde los siglos la elevan hasta el suelo de Sevilla sabe de lo que les hablo. Esta noche, antes que tu vestidor te ponga las mejores galas, antes que el pueblo de Sevilla te rinda anual pleitesía, has recibido en persona con un solo beso todo lo que te llevo pidiendo y agradeciendo un año entero.

Gracias Esperanza por todo lo que haces por mi.

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